El villafranquino ha obtenido los mayores premios de poesía en español y es un enamorado del Bierzo, que proclama allá donde va.
La asamblea del Instituto de Estudios Bercianos celebrada el lunes 11 de abril decidió nombrar socio de honor 2022 al villafranquino Juan Carlos Mestre.
Sus méritos son sobradamente conocidos. Fue Premio Adonais en 1985 por el poemario ‘Antífona de Otoño en el Valle del Bierzo’. Premio Gil de Biedma 1992 por ‘La poesía ha caído en desgracia’, que escribió a su regreso a España tras años de estancia en Chile. Premio Jaén de poesía 1999 por ‘La tumba de Keats’, escrito en Italia durante su estancia como becario de la Academia de España en Roma, año en el que además obtuvo una mención de honor en el Premio nacional de Grabado, al igual que ocurrió un poco más adelante, en la VII Bienal internacional de Grabado Caixanova 2002. En 2009 le fue concedido además el Premio nacional de Poesía por ‘La casa roja’.
Hoy Mestre ha trascendido la poesía. Después de haber conseguido los máximos reconocimientos posibles en esta disciplina, aúna esta faceta con la de artista visual en un binomio de éxito que le hace estar siempre a la vanguardia de las artes, investigando, indagando y siendo permeable a nuevas técnicas y formas de expresar el arte.