Lengua y Literatura

- El Bierzo es un patrimonio cultural inmaterial que nos ha hecho como somos, construyendo desde la antigüedad a unas tierras y unas gentes que luchan por proteger y conservar su forma de vida, su forma de ser y su manera de vivir.

- Para cuidar hay que inventariar, recoger de la forma más exhaustiva posible, todas las manifestaciones de nuestro patrimonio porque, conociéndolas, podremos conservarlas y transmitirlas, podremos protegerlas.

Patricia Pérez BruzosPatricia Pérez.- Desde la creación del Instituto de Estudios Bercianos en 1959, uno de los pilares fundamentales en los que basa su actividad es: La investigación, recuperación, conservación y difusión de los valores culturales y medioambientales de El Bierzo y su ámbito geográfico en todos sus aspectos…”

El Bierzo, nuestro eje central y el porqué de nuestra existencia. Un Bierzo que podemos tocar cuando paseamos entre viñas centenarias, pisando la nieve en El Morredero o el amarillo intenso de la hoja de otoño que cruje bajo nuestros pies entre figuras retorcidas de castaños y robles.

Un Bierzo para amar, para disfrutar, para conocer y sobre todo, para proteger y cuidar de cara a nuestras generaciones futuras. Un Bierzo que grita dolorido por el cierre de nuestras industrias, pero lucha y se levanta, cae y se vuelve a levantar. Bierzo de Tebaida, de Camino de Santiago, de Valles Mineros, del oro arrebatado entre picachos anaranjados, de picos redondeados circundando a nuestro gran eje central, esa llanura clara y brillante que nos hace tan diferentes y especiales. El Bierzo es naturaleza, es Reserva de la Biosfera, castillos y monasterios, pizarra acerada y vides exuberantes, ríos caudalosos y regatos humildes, ciudades y pueblos de ensueño.

- El Inventario del Patrimonio Inmaterial supone un paso importante en el reconocimiento y salvaguardia de este conjunto de bienes culturales. Dados los primeros pasos, aún queda camino por recorrer, pues quién no cuida su memoria no tendrá paraíso al que volver.

Carlos MontesCarlos Montes.- El anuncio y posterior puesta en marcha de un proyecto de inventario del patrimonio inmaterial en la Reserva de los Ancares Leoneses, impulsado por el Instituto de Estudios Bercianos y cofinanciado por la Junta de Castilla y León, debe ser celebrado por variados motivos. En primer lugar por considerar que, un lugar tal especial como una Reserva de la Biosfera no podía vivir al margen de estas prácticas y saberes de la gente que habita y da forma a este territorio. Supone una novedad en la comarca del Bierzo, pero no en nuestro país. Ya en el año 2013 la Unesco otorgó un reconocimiento especial de buenas prácticas al proceso de inventariado del patrimonio inmaterial en reservas de la biosfera, en concreto a la experiencia del Montseny.

Indudablemente esto supone un paso más para que este conjunto de elementos que llamamos patrimonio inmaterial, casi recién llegados, se equipare a otros que conforman patrimonios dignos de interés y conservación plenamente consolidados. Nadie pone en duda la necesidad de cuidar el patrimonio natural o nuestro extenso conjunto de bienes muebles, o incluso conservar y restaurar la cantidad ingente de elementos industriales que han conformado nuestro pasado más cercano. Lo excepcional de su condición o su pasado legitimaban su valor social y cultural.

- Si existe un territorio marcado por su historia y sus tradiciones en la provincia de León, ese es la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses.

Susana Abad GonzálezSusana Abad González.- En la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses (RBALE) cada rincón nos habla, nos susurra su pasado y el de sus gentes. Precisamente por eso se puede encontrar todavía hoy un rico patrimonio cultural intangible, conservando este entorno en el que, la huella del ser humano ha dibujado unas montañas y unos pueblos con características propias.

Los Ancares Leoneses, declarados Reserva de la Biosfera desde el año 2006 por el Programa MaB de Unesco (Persona y Biosfera), han sabido armonizar la conservación de la biodiversidad biológica y cultural y el desarrollo socioeconómico a través de la relación de las personas con la naturaleza. Es precisamente esa relación la que ha ayudado a la supervivencia de muchos de los elementos del patrimonio cultural inmaterial que se relacionan directamente con los aprovechamientos ganaderos, forestales o agrícolas y que ayudan a diseñar los colores de sus pueblos, moldeados por el uso de materiales cercanos como la pizarra, la madera y la paja.

- Este nuevo repositorio de contenidos digitales aprovecha las ventajas de las tecnologías semánticas y de datos enlazados, garantizando la interoperabilidad, estandarización y normalización.

Jorge Vega NúñezJorge Vega Núñez.- El desarrollo local de “territorios vaciados” como la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses (RBALE) ha de afrontar varios problemas, entre otros, los relativos a déficits culturales (disponibilidad de actitudes innovadoras y emprendedoras) y a déficits tecnológicos (disponibilidad de ancho de banda y otras infraestructuras), que las administraciones públicas deben atender. Ante esta realidad la UNED puede jugar un papel relevante ya que cuenta con una Red Nacional de Servicios de Formación, Información y Comunicación plenamente alineada con la visión europea, desde la estrategia de Lisboa de 2000 a la estrategia europea de datos de 2020.

Esta última tiene el objetivo de crear para 2030 un espacio europeo de datos para desbloquear los datos no utilizados, permitiendo que fluyan libremente por toda la Unión y entre sectores, en beneficio de las empresas, los investigadores y las administraciones públicas. La Unión Europea tiene que mejorar sus estructuras de gobernanza para el manejo de datos y aumentar sus repositorios de datos de calidad disponibles para su utilización y reutilización.

- La mera catalogación de este tipo de bienes no contribuye necesariamente a la mejora económica y social de las comunidades portadoras. El patrimonio inmaterial es propiedad colectiva de las comunidades, pero la administración tiene la responsabilidad de protegerlo.

Fernando Brugman Álvarez de Toledo

Fernando Brugman.- Hace ya casi dos décadas, y tras unos cincuenta años de debate, la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), aprobó en 2003 un nuevo tratado internacional, llamado también Convención.

Ese tratado, dedicado exclusivamente a la salvaguardia del patrimonio inmaterial, transformó el concepto mismo de patrimonio cultural. En efecto, la nueva Convención trataba un tipo de patrimonio que, al ser de propiedad colectiva y no tener necesariamente una base material, había quedado fuera de las leyes de protección, basadas en la responsabilidad privada o pública de los propietarios del patrimonio material (monumentos, conjuntos históricos o sitios arqueológicos).

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